domingo, 6 de mayo de 2007

NUESTRA PRIMERA CRÍTICA



Dos Dramaturgos Peruanos a la carta
Los Maestros y el atónito día
Es interesante lo que ha ocurrido en las ultimas semanas; dos obras de autores peruanos se encuentran en cartelera. Una escrita hace más de veinte años y la otra de reciente data, pero unidas por el interés de ambos autores de poner en escena temas que debemos discutir como sociedad; la situación de los maestros en nuestro país (tan satanizados últimamente) y la amplitud de mirada al hablar de amor. Me refiero a las obras: LOS PROFESORES de Juan Rivera Saavedra y CUANDO EL DIA VIENE MUDO de Diego La Hoz.
LOS PROFESORES, obra del autor peruano Juan Rivera Saavedra, prolífico y polémico. Toca un tema social neurálgico en la sociedad peruana: la fantástica e increíble vida de los maestros; desde el juego hasta el absurdo mas desopilante. La obra hace un retrato bizarro pero verosímil de unos maestros quejándose de su triste existencia (algún parecido con la realidad) que de pronto van llegando a la conclusión que ellos debe hacer algo para enmendar esta situación: matar al ministro de educación (ojo que la obra fue impedida de ser escenificada en su momento por resultar muy subversiva). La directora plantea bien un ritmo dramático en ascenso, pero a veces el desempeño actoral no va a la par con las exigencias de la puesta; hay muchos equívocos al hablar, furceos, mala dicción y problemas en la interpretación; sobresalen las actuaciones de Sergio Velarde y Walter Huallpa que llevan el eje de la barca que a veces parece a la deriva llegando mas allá de la sensación de vértigo que aparentemente pretende la directora. Las acciones impuestas y no propuestas a partir de la organización de la escena también rompen un tanto la organicidad de este mundo de cabeza que a pesar de todo se mantiene en pie aunque a veces con un solo pie. La coda final; esta escena de sueño o fantasía del joven profesor de arte podría ser más sublime si este dejara su acartonamiento y se metiera más en la propuesta disparatada, pero posible de ser creíble. Con todo, la obra se deja ver; es amena y tiene ritmo que logra mantener a pesar de las dificultades.
Por su parte, CUANDO EL DIA VIENE MUDO, obra de Diego La Hoz se nos plantea en un registro más poético, lírico de un amor distinto que encuentra sus obstáculos en el hecho de plantearse como posibilidad negada en la relación entre Pablo y Sebastián. Bien por el riesgo de plantear un tema tan superficialmente tocado en los medios de comunicación y que logra su comprensión desde la dimensión humana más que de género de los personajes. Sin embargo, por momentos se siente que el tono lírico se vuelve una manera de evitar lo terrenal y carnal que tiene que tiene todo amor guardado por tanto tiempo. Por un lado, puede ser el querer evitar caer en el estereotipo de amor homosexual; pero de otro lado, desde lo técnico, esto dilata mucho el desarrollo de la historia y la demostración de sentimientos que no es directa sino indirectamente planteada. Posiblemente, la obra en manos de otro director pueda ganar en posibilidades escénicas. Suele ocurrir que los dramaturgos - directores tienen ya una visión desde la escritura de la obra que no varia mucho cuando la representa. No obstante, los lenguajes escénicos utilizados por La Hoz parten de una gran creatividad para plantearnos un departamento a partir de pocos elementos que son utilizados de múltiples maneras estableciéndose como elementos - signos polivalentes y que sirven a los actores como medio de expresión y creación de otros espacios (caso de la mesa y los libros). Ambos actores tiene el nivel que la obra requiere; destacando Franklin Dávalos por su sentido del ritmo y los times para los gags que su personaje tiene.
Saludamos en ambos autores (más allá de que los resultados artísticos nos gusten más o nos guste menos) ese interés por retratarnos en sus obras, por reflexionar entreteniendo sobre los problemas de hoy y de siempre; y sobre todo por hacernos reír de nosotros mismos y de nuestros más terribles dilemas.
Daisy Sánchez Bravo

No hay comentarios: